¿Aulas del Siglo XXI?

En nuestros días, comunicarnos e intercambiar contenidos de variada naturaleza con independencia del lugar geográfico en que nos situemos, es una realidad que transforma el modo de conocernos e interactuar. Este cambio comunicacional se produce por la llamada Web 2.0, que nos permite no sólo comunicarnos de forma inmediata -siempre y cuando estemos online con otra persona sino también acceder a otras formas de aprender diversos tipos de conocimientos y habilidades. 

Este enfoque del proceso de enseñanza y aprendizaje, que implica la construcción del conocimiento de forma colaborativa entre estudiantes y profesorado, favorece con fuerza el uso de las nuevas tecnologías. Ahora bien, el/la docente no puede quedar al margen de esta innovación y es en este sentido que el presente texto promueve el conocimiento y la aplicación de la Web 2.0, en primer término, en esta formación, para poder ser integrada posteriormente a la clase. 

Estructura de las aulas del siglo XXI

Según Pere Marquès (2010), las aulas del siglo XXI son aquellas con alta presencia de nuevas tecnologías. Por consiguiente, a través de ellas es posible acceder a la Web 2.0 y promover actividades tanto intra como extra aula que las incluyan, con la finalidad de acercar a los/las estudiantes a una forma diversa de aprender y generar sus productos de aprendizaje.

Ahora bien, no todas las aulas con un ordenador son reconocidas como aulas TIC y, por tanto, con acceso a las prestaciones de la Web 2.0. En este sentido, entenderemos que son aulas propias del siglo XXI todas aquellas en las que es posible disponer, por lo menos, de la siguiente infraestructura tecnológica:

• Ordenador personal para cada estudiante.
• Conexión a Internet en todos los puestos de trabajo del centro educativo (cable o wifi).
• Computador en el aula, conectado al videoproyector o pizarra interactiva.

¡Es maravilloso tener aulas con las tecnologías necesarias para que el proceso de aprendizaje sea innovador, preciso y progresivo!

En las aulas, convivimos con los estudiantes que usan éstas y otras muchas aplicaciones o herramientas, a quienes se les denomina nativos digitales. Como profesorado, esta realidad nos exige una constante actualización para no ampliar la brecha entre los alumnos y los docentes en cuanto al uso y la aplicación de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC).

Motívate a ser un docente del siglo XXI 

¿Qué esperas?

Los beneficios de la educación conectada en un mundo 2.0

Las Tecnologías de la Información y la Comunicación (en adelante TIC) se han convertido en uno de los elementos más destacados y característicos de nuestra sociedad, calificada desde muchos sectores como la Sociedad del Conocimiento. Castells (2002) parte de la idea de que el conocimiento y la información han sido factores determinantes en todas las sociedades y que nos encontramos ante un paradigma tecnológico en el que Internet es una de sus expresiones fundamentales entendido como una producción cultural y no como una tecnología. 


La situación actual respecto a las TIC supone un reto importante para docentes, administración educativa, familias y en definitiva para toda la comunidad escolar, que ha de plantearse cómo se están teniendo en cuenta estas tecnologías en el ámbito educativo para asegurar una adecuada integración de las mismas (Cabero y Barroso, 2015). 

La tecnología ha dado un giro importante en la educación

 El acceso a Internet y a dispositivos tecnológicos (móviles, pizarras interactivas, recursos electrónicos, etc) tanto en el aula de clase como fuera de ella ha dado un giro importante en la educación aportando distintos beneficios:

–Facilita la comprensión. El uso de herramientas tecnológicas motiva y hace que los estudiantes mantengan la atención más fácilmente. Consecuentemente, los contenidos se asimilan más rápido.

–Autonomía.Desarrollan el autoaprendizaje para formar personas autosuficientes capaces de resolver cualquier problema real. El uso de tecnologías propicia proponer estudios de casos y hacerles partícipes de la propia administración y gestión de los contenidos. Se trata de una metodología dónde se enseña a los alumnos a aprender a aprender, construir su propio conocimiento. Además, Internet permite infinidad de fuentes de información y propicia la habilidad de seleccionar y gestionar la más apropiada.

–Trabajo en equipo. La tecnología genera interacción entre los alumnos y favorece el trabajo en equipo. En el ámbito profesional la mayoría de los proyectos que se desarrollan son en equipo y requieren la colaboración de diferentes profesionales, desarrollar la capacidad de trabajo en equipo ya desde niños es fundamental.

–Pensamiento crítico. Internet y las redes sociales significan compartir puntos de vista y opiniones, debatir es muy importante cuando los cerebros se están desarrollando. Además, la enorme posibilidad que te da la tecnología de romper el paradigma espacio-tiempo, permite interconectar infinitas fuentes de conocimiento a nivel mundial, conectar con personas de otros países y culturas e intercambiar información.

La educación en la tecnología no sólo aporta beneficios a los alumnos sino también a los profesionales. El uso de la tecnología ayuda a la optimización de las tareas de los profesores y hace su trabajo más atractivo, llegando a ser mucho más eficientes.

   Ser mejores docentes siempre nos ha motivado

 ¿Qué esperas para innovar y actualizar tus técnicas?